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Nota sobre Walt Whitman

Walt Whitman

Walt Whitman (1819-1892), es considerado uno de los mayores  poetas estadounidense. Su obra lírica, concentrada en las sucesivas ediciones de Hojas de hierba, ejerce su magisterio sobre gran parte de la poesía moderna, incluidos Ernst Staedler, Ezra Pound, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Federico García Lorca o Allen Ginsberg. 
Su estilo lírico o épico (poético narrativo), de versos amplios y frecuentes paralelismos, recuerda al de los salmos bíblicos, pero sus temas son mucho más originales. Walt Whitman canta con optimismo a la libertad, la sexualidad, una espiritualidad libre de dogmas y preceptos, la comunión con todos los seres, la democracia, la vida agreste y el trabajo duro, al progreso y a su patria, como lugar donde todo lo anterior se vuelve posible. Sus proclamas nacionalistas permiten enmarcar su trabajo dentro del grupo de escritores de literatura de identidad nacional. 
Charles Chaplin lo consideró su fuente de inspiración para todas sus películas. Podemos ver que en "Tiempos Modernos", Chaplin utiliza imágenes de la poesía de Whitman, la parte de Chaplin dentro de la máquina, es una imagen de las poesías de Whitman. 

  Ezra Pound

  Ezra Pound

  Pablo Neruda

  Pablo Neruda

  Jorge Luis Borges

  Jorge Luis Borges

  Federico Garcia Lorca

  Federico Garcia Lorca

  Tiempos modernos 

  Tiempos modernos

  Charles Chaplin

  Walt Whitman




Walt Whitman = Poema

Hojas de hierba (fragmento)

Creo que una brizna de hierba no es inferior a la jornada de los astros
y que la hormiga no es menos perfecta ni lo es un grano de arena...
y que el escuerzo es una obra de arte para los gustos más exigentes...
y que la articulación más pequeña de mi mano
es un escarnio para todas las máquinas.
Quédate conmigo este día y esta noche y poseerás el origen de todos los poemas.
Creo en ti alma mía, el otro que soy no debe humillarse ante ti
ni tú debes humillarte ante el otro.
Retoza conmigo sobre la hierba, quita el freno de tu garganta.
(...)
Creo que podría retornar y vivir con los animales, son tan plácidos y autónomos.
Me detengo y los observo largamente.
Ellos no se impacientan, ni se lamentan de su situación.
No lloran sus pecados en la oscuridad del cuarto.
No me fastidian con sus discusiones sobre sus deberes hacia Dios.
Ninguno está descontento. Ninguno padece la manía de poseer objetos.
Ninguno se arrodilla ante otro ni ante los antepasados que vivieron hace milenios.
Ninguno es respetable o desdichado en toda la faz de la tierra.
Así me muestran su relación conmigo y yo la acepto.
(...)
No pregunto quién eres, eso carece de importancia para mí.
No puedes hacer ni ser más que aquello que yo te inculco.

Y tú, mar... También a ti me entrego. Adivino lo que quieres decirme,
Desde la playa veo tus dedos que me invitan,
Y pienso que no quieres marcharte sin haberme besado.
Debemos estar un rato juntos: me desnudo y me llevas muy lejos de la costa,
arrúllame y durmiendo al vaivén de tus olas,
salpícame de espuma enamorada, que yo sabré pagarte.
Mar violento, tenaz y embravecido,
mar de respiros profundos y revueltos,
mar de la sal de la vida, de sepulcros dispuestos aunque no estén cavados,
rugiente mar que, a capricho, generas tempestades o calmas,
también soy como tú: con uno y muchos rostros
partícipe del flujo y del reflujo, cantor soy de los odios y de la dulce paz,
cantor de los amantes que duermen abrazados
también doy testimonio del amor a mis prójimos:
¿Haré sólo inventario de todos mis objetos olvidando la casa que los tiene y cobija?
No soy sólo el poeta de la bondad, acepto también serlo de lo inicuo y lo malvado.
¿Qué son esos discursos que nos cuentan de vicios y virtudes?
El mal me sugestiona, y lo mismo la reforma del mal, mas sigo imperturbable.
¿Soy un inquisidor, un hombre que desprecia cuanto encuentra a su paso?
No soy más que aquel hombre que riega las raíces de todo lo que crece.
¿Te temes que la terca preñez sólo engendre tumores?
¿Pensabas que las leyes que rigen a los astros admiten ser cambiadas?
Encuentro el equilibrio en un lado lo mismo que en su opuesto.
Las doctrinas flexibles nos ayudan lo mismo que ayudan las más firmes,
las ideas y acciones del presente nos despiertan y mueven,
ningún tiempo es más bueno para mí que este ahora
que me viene a lo largo de millones de siglos.
No hay nada de asombroso en las acciones buenas de antes o de ahora,
lo asombroso es que siempre existan los malvados o los hombres sin fe.
Se borran el pasado y el presente, pues ya los he colmado y vaciado,
ahora me dispongo a cumplir mi papel en el futuro.
Tú, que me escuchas allá arriba: ¿Qué tienes que decirme?
Mírame de frente mientras siento el olor de la tarde,
(Háblame con franqueza, no te oyen y sólo estaré contigo unos momentos.)

¿Que yo me contradigo?
Pues sí, me contradigo. Y, ¿qué?
(Yo soy inmenso, contengo multitudes.)
Me dirijo a quienes tengo cerca y aguardo en el umbral:
¿Quién ha acabado su trabajo del día? ¿Quién terminó su cena?
¿Quién desea venirse a caminar conmigo?

¿Os vais a hablar después que me haya ido, cuando ya sea muy tarde para todo?
Ya he dicho que el alma no vale más que el cuerpo,
y he dicho que el cuerpo no vale más que el alma,
y que nada, ni Dios, es más grande para uno que uno mismo.
Que aquel que camina sin amor una legua siquiera, camina amortajado
hacia su propio funeral.
Que tú o yo, sin tener un centavo, podemos adquirir lo mejor de este mundo,
que el mirar de unos ojos o el guisante en su vaina
confunden el saber que los tiempos alcanzan,
Que no hay oficio ni profesión tan bajos
que el joven que los siga no pueda ser un héroe.
Que el objeto más frágil puede servir de eje a todo el universo,
y digo al hombre o mujer que me escucha:
"Que se eleve tu alma tranquila y sosegada ante un millón de mundos."
Y digo a la humanidad: "No te inquietes por Dios,
porque yo, que todo lo interrogo, no dirijo mis preguntas a Dios,
(No hay palabras capaces de expresar mi postura tranquila ante Dios y la muerte.)
Escucho y veo a Dios en cada cosa, pero no le comprendo,
Ni entiendo que haya nada en el mundo que supere a mi yo.
¿Por qué he de desear ver a Dios mejor de lo que ahora le veo?
Veo algo de Dios cada una de las horas del día,
y cada minuto que contiene esas horas.
En el rostro de los hombres y mujeres, en mi rostro que refleja el espejo, veo a Dios,
encuentro cartas de Dios por las calles, todas ellas firmadas con su nombre,
Y las dejo en su sitio, pues sé que donde vaya
Llegarán otras cartas con igual prontitud.



Walt Whitman = Poema

Cosmos

Quién contiene a la diversidad y es la Naturaleza
quién es la amplitud de la tierra y la rudeza y sexualidad de la tierra
y la gran caridad de la tierra, y también el equilibrio
quién no ha dirigido en vano su mirada por las ventanas de los ojos
o cuyo cerebro no ha dado en vano audiencia a sus mensajeros
quién contiene a los creyentes y a los incrédulos
quién es el amante más majestuoso
quién, hombre o mujer, posee debidamente su trinidad de realismo
de espiritualidad y de lo estético o intelectual
quién después de haber considerado su cuerpo
encuentra que todos sus órganos y sus partes son buenos
quién, hombre o mujer, con la teoría de la tierra y de su cuerpo
comprende por sutiles analogías todas las otras teorías
la teoría de una ciudad, de un poema
y de la vasta política de los Estados
quién cree no sólo en nuestro globo con su sol y su luna
sino en los otros globos con sus soles y sus lunas
quién hombre o mujer, al construir su casa
no para un día sino para la eternidad
ve a las razas, épocas, efemérides, generaciones.
El pasado, el futuro, morar allí, como el espacio
indisolublemente juntos.  




Walt Whitman = Poemas

LO QUE SOY DESPUÉS DE TODO

¿Qué soy, después de todo, más que un
niño complacido con el sonido
de mi propio nombre? Lo repito una y otra vez.
Me aparto para oírlo - y jamás me canso de
escucharlo.
También para ti tu nombre:
¿Pensaste que en tu nombre no había otra
cosa que más de dos o tres inflexiones?

Con el reflujo del océano de la vida

"(...) Mientras recorro las playas que no conozco
mientras escucho la endecha
las voces de los hombres y mujeres náufragos
mientras aspiro las brisas impalpables que me asedian
mientras el océano, tan misterioso
se aproxima a mí cada vez más
yo no soy sino un insignificante madero abandonado por la resaca
un puñado de arena y hojas muertas
y me confundo con las arenas y con los restos del naufragio.
Oh! desconcertado, frustrado, humillado hasta el polvo
oprimido por el peso de mí mismo
pues me he atrevido a abrir la boca
sabiendo ya que en medio de esa verbosidad cuyos ecos oigo
jamás he sospechado qué o quién soy
a no ser que, ante todos mis arrogantes poemas
mi yo real esté de pie, impasible, ileso, no revelado
señero, apartado, escarneciéndome con señas y reverencias burlonamente amables
con carcajadas irónicas a cada una de las palabras que he escrito
indicando en silencio estos cantos y, luego, la arena en que asiento mis pies.
Ahora sé que nada he comprendido, ni el objeto más pequeño,
y qué ningún hombre puede comprenderlo.
La naturaleza está aquí a la vista del mar
aprovechándose de mí para golpearme y para herirme
porque me he atrevido a abrir la boca para cantar.
He oído lo que decían los charlatanes sobre el principio y el fin,
Pero yo no hablo del principio y del fin.
Jamás hubo otro principio que el de ahora, ni más juventud o vejez que las de ahora,
Y nunca habrá otra perfección que la de ahora,
ni más cielo o infierno que éstos de ahora.
Instinto, instinto, instinto.
Siempre el instinto procreando el mundo.
Surgen de la sombra los iguales, opuestos y complementarios, siempre sustancia y crecimiento, siempre sexo,
Siempre una red de identidades, siempre distinciones, siempre la vida fecundada.
De nada vale trabajar con primor; cultos e ignorantes lo saben.
Seguro como lo más seguro, enclavado con plomo en las columnas,
abrazado al poste firme.
Fuerte como un caballo, afectuoso, soberbio, ecléctico.
Yo y este misterio aquí estamos frente a frente.
Limpia y tierna es mi alma, y limpio y tierno es todo lo que no es mi alma,
si falta uno de los dos, ambos faltan, y lo visible es prueba de lo invisible,
hasta que se vuelva invisible y haya de ser probado a su vez.
Cada época ha humillado a las otras enseñando lo mejor y desechando lo peor.
Y yo, como conozco la perfecta justeza y la eterna constancia de las cosas,
no discuto, me callo, y me voy a bañarme para admirar mi cuerpo.
Hermoso es cada uno de mis órganos y de mis atributos,
y los de todo hombre bello y sano,
ni una pulgada de mi cuerpo es despreciable,
y ni una debe ser menos conocida que las otras.
Me siento satisfecho: miro, bailo, río, canto;
cuando mi amante compañero de lecho, que ha dormido abrazado a mí toda la noche, se va con paso quedo al despuntar el alba,
dejándome cestas cubiertas con lienzos blancos
que llenan con su abundancia mi casa.
Yo las acepto con naturalidad, ¿pues habría de tasarlas hasta el último céntimo
para conocer exactamente el valor de su regalo?

¿Quién anda por ahí anhelante, místico desnudo?
¿Cómo es que saco fuerzas de la carne que tomo?
¿Qué es un hombre, realmente? ¿Qué soy yo? ¿Qué vosotros?
Cuanto diga que es mío deberás apropiártelo.
De otra forma, escucharme sería perder tu tiempo.
No voy gimoteando a través de la tierra:
que los meses se pasan, que la tierra es fangosa, miserable y muy sucia.
Gemidos y plegarias serviles son remedios para enfermos e inválidos;
quede el conformarse muy lejos de mi vida,
yo me pongo el sombrero dentro y fuera de casa.
¿Por qué tengo que orar? ¿Y adorar y andar con ceremonias?
Después de escudriñar en los estratos, de analizarlo todo, de hablar con los expertos
y calcular minucias,
he llegado a saber que el sebo más sabroso va adherido a mis huesos.
Me veo en todos, ninguno es más que yo, ni es menos un grano de cebada.
Sé que soy fuerte y sano,
todo marcha hacia mí, constantemente,
todo me escribe y debo descifrar lo que me dice.

Sé que soy inmortal.
Sé que mi órbita no podrá ser descrita con compás de artesano,
Que no me perderé como se apaga la espiral que en la sombra traza un niño
con fuego de un carbón encendido.
Sé que soy venerable,
Y no fuerzo a mi espíritu a que explique o defienda,
Pues las leyes más fijas nunca piden disculpas
(Después de todo no soy más orgulloso que el cimiento que sustenta mi casa),
Existo como soy, con eso basta,
Y si nadie lo sabe me doy por satisfecho,
lo mismo que si todos y uno a uno lo saben,
Hay un mundo al que tengo por el mayor de todos, que soy yo y que lo sabe,
si llego a mi destino, ya sea hoy ya sea dentro de millones de años,
puedo aceptarlo ahora o seguir aguardando, con igual alegría.
La base donde apoyo mis pies es de granito,
Me río cuando dicen que puede disolverse,
porque conozco lo que dura el tiempo.



Walt Whitman = Poema

Walt Whitman
(1819-1892)

"Surgirá un nuevo orden y sus hombres serán  los sacerdotes del hombre, y cada hombre será  su propio sacerdote".




NO TE DETENGAS

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...

Versión de: Leandro Wolfson



Walt Whitman = Poemas

Tu mirada

Me miraste a los ojos, penetrando,
en lo más profundo de mi alma.
El cristal azul de tus pupilas,
me mostraba, mi imagen reflejada.
     
Me miraste y pediste temblorosa
que un te amo, saliera de mis labios,
pero ellos ya no tienen más palabras
pues los golpes de la vida los han cerrado.
     
Me miraste y tu pelo se erizaba,
y una gota redonda en tu pupila
que brotó, de un corazón roto
y cayó recorriendo tu mejilla.
     
Me miraste y tu rostro empapado
me exigía una palabra, una respuesta,
y mentí diciéndote te amo
por ganar de tu cara una sonrisa.
       
Versión de Leandro Wolfson


Walt Whitman = Poema

Me celebro y me canto a mí mismo
1
Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.        
       
Vago... e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.        
       
Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con mi aliento puro
comienzo a cantar hoy
y no terminaré mi canto hasta que muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Sé cuál es su misión y no la olvidaré;
que nadie la olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de par en par las puertas a la energía original de la naturaleza      
desenfrenada.
       
Versión de León Felipe


Homenaje a Walt Whitman = Ezra Pound

UN PACTO

Haré un pacto contigo, Walt Whitman-
Te he detestado ya bastante.
Vengo a ti como un niño crecido
Que ha tenido un papá testarudo;
Ya tengo edad de hacer amigos.
Fuiste tú el que cortaste la madera,
Ya es tiempo ahora de labrar.
Tenemos la misma savia y la misma raíz-
Haya comercio, pues, entre nosotros.

Texto sobre Ezra Pound = Richard Avedon

            ... Ezra Pound sabía de primera mano que lo que había escrito poseía cierta trascendencia literaria. De hecho, su poema a Walt Whitman –Whitman es el fundador no sólo de la poesía norteamericana sino de toda su literatura- siempre me fascinó. Unos versos inmejorables para describir en qué consiste el diálogo fructífero de las letras, como evoluciona esta historia ya vieja y fatigada. Un día, un poeta de cualquier nacionalidad escribirá un pacto con Ezra Pound para seguir, de eso estoy seguro.

            Supongo que mi padre estaría orgulloso de la pequeña lista de poemas que trascribo, y como Pound hubiera dicho, los envío hasta mil millas de distancia a la espera de que contesten los escribas y el tiempo; mientras, quedo pensando.

            Pound vivió el siglo XX con todas sus miserias y luces. A las relaciones comentadas con Yeats o T.S. Elliot, la ayuda desinteresada que prestó a Joyce, su amistad con Ford Madox Ford, o en Paris años después con Tristan Tzara, Marcel Duchamp o Fernand Léger, se le unió una espléndida retahíla de discípulos brillantes posteriormente. Sus ensayos literarios en torno a la poesía siguen siendo válidos, su modernidad inspiró desde luego mucha de la poesía ulterior, aunque su prestigio manchado, sus extravagancias ideológicas y políticas, hicieran que su nombre quedara silenciado o su influencia disminuida. No podría entenderse la poesía de Robert Frost o la de William Carlos William sin su enorme talento lírico.

            Cuando las tropas norteamericanas liberaron Italia fue arrestado cerca de Génova e interrogado por su colaboración propagandística con el fascismo. Ya en el año 42 fue considerado traidor a la patria. Cuentan, aunque no sé si es un testimonio apócrifo por su empeño en el detalle, que de Genova fue trasladado a Pisa y encerrado en una jaula de tiras de metal y suelo de cemento ( en algunas versiones era de alambres de púa),  a la intemperie, sufriendo la inclemencias del tiempo, violencia física y numerosas humillaciones. La dureza de aquella reclusión propició que comenzaran sus crisis mentales agudísimas. Tras seis meses de encierro, fue extraditado a Estados Unidos donde se le internó en un hospital psiquiátrico. Alli iniciaria sus Cantos, como si todo lo anterior hubiera sido borrado, con sus amistades disipadas, su influencia desprestigiada y obviada, mas con el ímpetu de un creador inigualable, que hizo surgir del dolor su fuerza. Jamás llegó a concluir su plan, aunque vivió casi un centenar de años.




Ezra Pound = Prosa

El ARTE DE LA POESÍA

Constantemente repito que se necesitaron dos siglos de Provenza y uno de Toscana para desarrollar los instrumentos que utilizó Dante en su obra maestra, y que fueron necesarios los latinistas del Renacimiento y la Pléyade, además del lenguaje colorido de su propia época, para preparar los instrumentos de Shakespeare. Es de enorme importancia que se escriba gran poesía, pero no importa en absoluto quién la escriba.

Si algo se expresó de una manera definitiva en la Atlántida o en la Arcadia, en el año 450 a. c., o en el 1290 de nuestra era, no nos toca a los modernos decirlo de nuevo ni empañar la memoria de los muertos diciendo lo mismo pero con menos habilidad y convicción.

En cada época uno o dos genios descubren algo y lo expresan. Puede estar solo en una o dos líneas, o en alguna cualidad de una cadencia, y después veinte o doscientos o dos mil o más seguidores repiten y diluyen y modifican.

La gran literatura es sencillamente idioma cargado de significado hasta el máximo de sus posibilidades. Tal como en medicina existen el arte de diagnosticar y el arte de curar, también en las artes, y en las artes particulares de la poesía … existe el arte de diagnosticar y el de curar. Uno persigue el culto de la fealdad y el otro el culto de la belleza.

La mayoría de los llamados poetas mayores han regalado su propio don, pero el término de “mayor” es más bien un regalo que les hace Cronos a ellos. Quiero decir que han nacido justamente a su hora y que les fue dado amontonar y arreglar y armonizar los resultados de los trabajos de muchos hombres.

En el verso algo le ha sucedido a la inteligencia. En la prosa la inteligencia ha encontrado un objeto para sus observaciones. El hecho poético preexiste.

Los artistas son las antenas de la raza. … digamos que los escritores de un país son los voltímetros y los manómetros de la vida intelectual de la nación. Son los instrumentos registradores, y si falsifican sus informes no hay límite al daño que pueden causar. El mal arte es un arte inexacto. Es arte que rinde informes falsos.

Toda crítica debería ser admitidamente personal. Al final de cuentas el crítico sólo puede decir “me gusta” o “me conmueve”, o algo por el estilo. Cuando se nos ha mostrado a sí mismo, podemos comprender lo que quiere decir. Todo crítico debería dar información acerca de las fuentes y límites de su conocimiento.

Sugiero mandar al diablo a cuanto crítico emplee términos generales vagos. No sólo a los que usan términos vagos por ser demasiado ignorantes para tener algo que decir, sino también a los críticos que emplean términos vagos para ocultar lo que quieren decir, y a todos los críticos que emplean los términos tan vagamente que el lector puede creer que está de acuerdo con ellos o que asiente a sus afirmaciones cuando de hecho no es así.

Haz que un hombre te diga antes que nada y en especial qué escritores piensa que son buenos escritores; después se pueden escuchar sus explicaciones.

La única crítica realmente viciada es la crítica académica de los que hacen la gran renuncia, que se niegan a decir lo que piensan, si es que piensan, y que citan las opiniones aceptadas… Su traición a la gran obra del pasado es tan grande como la del falso artista del presente. Si no les importa lo suficiente la herencia como para tener convicciones personales, no tienen derecho a escribir.

No hagas caso de la crítica de quienes nunca hayan escrito una obra notable.

Usar tres páginas para no decir nada no es estilo, en el sentido serio de la palabra.

No repitas en versos mediocres lo que ya se haya dicho en buena prosa. No creas que se puede engañar a una persona inteligente esquivando las dificultades del inefablemente difícil arte de la buena prosa mediante el artilugio de fraccionar la composición en versos.

Lo que hoy aburre al entendido aburrirá al público mañana.

Déjate influir por cuantos grandes artistas sea posible, pero ten la decencia de reconocer plenamente la deuda o, si no, trata de ocultarla. Que el aprendiz se llene la cabeza con las mejores cadencias que pueda descubrir, preferiblemente en un idioma extranjero, para que el significado de las palabras tenga menos posibilidades de distraer su atención del movimiento del verso.

No te imagines que algo “saldrá bien” en verso sólo porque resulta pesado en prosa. La poesía es un centauro. La facultad pensante, estructuradora y aclaradora de las palabras debe moverse y saltar con las facultades energizantes, sensitivas y musicales. Es precisamente la dificultad de esta existencia anfibia lo que mantiene bajo el número de buenos poetas de quienes se tiene noticia.

Es cierto que la mayoría de la gente poetiza más o menos, entre los diecisiete y los veintitrés años. Las emociones son nuevas, y para su dueño, interesantes y no hay mucha personalidad o mente que mover. Conforme el hombre, conforme su mente, se vuelve una máquina más y más pesada, una estructura cada vez más complicada, necesita de un voltaje cada vez mayor de energía emotiva para adquirir un movimiento armónico… En el caso de Guido, su obra más fuerte se da a los cincuenta. La poesía más importante la han escrito hombres de más de treinta.

Citando mal a Confucio, se podría decir: No importa que el autor quiera el bien de la raza o que actúe simplemente por vanidad personal. El resultado se produce mecánicamente. En la medida en que su obra es exacta, es decir, fiel a la conciencia humana y a la naturaleza del hombre, en la medida en que formula con exactitud el deseo, será duradera y será “útil”, quiero decir que mantiene la claridad y precisión del pensamiento, no sólo para el beneficio de algunos diletantes y “amantes de la literatura”, sino que mantiene la salud del pensamiento fuera de los círculos literarios y en una existencia no literaria, en la vida general comunal e individual.



Los perros de la lluvia = Ezra Pound =

LA BUHARDILLA

Vamos, compadezcamos a los que están mejor 

que nosotros,

Vamos, amigo, recordemos

que los ricos tienen camareros 

y no amigos.

Y nosotros tenemos amigos y no camareros.

Vamos, compadezcamos a los casados 

y a los no casados.

La aurora entra con pasitos menudos

como una dorada Pavlova,

Y yo estoy junto a mi deseo.

Y la vida no tiene nada mejor.

Que esta hora de diáfana frescura,

la hora de despertarnos juntos.



Con Usura = Ezra Pound

CANTO XLV
Con Usura

Con usura ningún hombre tiene una casa de buena piedra.

Cada bloque pulido bien encajado

para que el dibujo pueda cubrir su cara,

con usura

ningún hombre tiene un paraíso pintado en la pared de

su iglesia

harpes el lutes

o donde virgen reciba mensaje

y halo se proyecte de la incisión,

con usura

ningún hombre ve a Gonzaga sus herederos y sus concubinas

ninguna pintura es hecha para durar ni para vivir con ella

sino que es hecha para vender y vender pronto

con usura, pecado contra natura,

tu pan es cada vez más de trapos viejos

seco es tu pan como papel,

sin trigo de montaña ni harina fuerte

con usura la línea se hace gruesa

con usura no hay clara demarcación

y ningún hombre puede hallar sitio para su morada.

El tallador de piedra es alejado de su piedra,

el tejedor alejado de su telar


CON USURA

no viene lana al mercado

la oveja no da ganancia con la usura

La usura es una morriña, la usura

mella la aguja en la mano de la doncella

y detiene la habilidad de la hilandera. Pietro Lombardo

no vino por usura

Duccio no vino por usura

ni Pier della Francesca; Zuan Bellin no por usura

ni fue “La Calumnia” pintada.

No vino por usura Angélico; no vino Amborgio Praedis,

No vino ninguna iglesia de piedra pulida firmada:

Adamo me fecit.

No por usura St Trophine

No por usura Saint Hilaire,

La usura ensarra el cincel

Ensarra el arte y el artesano

Roe el hilo en la rueca

Ninguna aprende a bordar oro en su bastidor;

El azur tiene un chancro por la usura; el cramoisí está sin bordar.

La esmeralda no encuentra su Henling

La usura asesina al niño en el vientre

Impide el galantear del muchacho

Ha traído parálisis al lehco, yace

Entre la novia y el esposo


CONTRA NATURAM

Han traído putas a Eleusis

Cadáveres se han sentado al banquete

Invitados por la usura.



Carta del exiliado - Ezra Pound


A So-Kin de Racuyo, mi viejo amigo y Canciller de Gen

Recuerdo cuando me hiciste un bar particular

En el extremo sur del puente de Ten-Shin.

Con oro reluciente y transparentes gemas pagábamos

los cantos y las risas

Y pasábamos ebrios un mes tras otro, sin pensar en el

rey ni los príncipes

Hombres inteligentes venían por el mar y la frontera

occidental

Y con ellos, contigo sobre todo,

Nos entendíamos perfectamente

Y nada para ellos cruzar el mar o las montañas

Con tal de estar en nuestra compañía,

Y hablábamos de todo, sin ocultarnos nada, y sin

pesares

Después fui confinando a Wei del Sur,

Encerrado en un bosque de laureles,

Y tú hacia el norte de Raku-hoku

Hasta no haber entre nosotros más que añoranzas y

memorias comunes

Y luego, cuando era ya insufrible continuar separados,

Volvimos a encontrarnos y fuimos a Sen-Go,

Siguiendo las mil vueltas y remolinos de las sinuosas

aguas,

Hasta un lugar resplandeciente con millares de flores,

Que era el primero de los valles,

Y luego otros mil valles llenos de voces y del rumor

del viento en sus pinares.

Y con sillas de plata y riendas de oro

Salió a encontrarnos el capitán Kan del Este y su

comitiva.

Y vino allí también el verdadero mandamás de Shi-yo,

a darme a mí la bienvenida

Sonando un órgano de boca incrustado de piedras

preciosas

Y en las casas de dos y más pisos de San-Ko nos

obsequiaron más música Sennin,

Con muchos instrumentos, como en un coro de Pichones

de Fénix.

El mandarín de Kan Chu, ebrio, bailaba,

porque sus largas mangas no conseguían estar

inmóviles

Con la charanga de aquella música.

Y yo, cubierto de brocados, me lo quedé dormido sobre

las piernas,

Con el espíritu tan encumbrado que me hallaba en el

séptimo cielo,

Y antes del fin del día nos dispersamos como estrellas

o lluvia.

Yo me tenía que marchar a So, muy lejos todavía aguas

arribas,

Tú regresaste a tu puente del río.

Y tu padre, que era valiente como un leopardo,

Gobernaba en Hei-Shu, y sometió a los bárbaros.

Y un mes de mayo te mandó a traerme,

a pesar de la enorme distancia.

Y con las ruedas rotas y lo demás, fue un viaje duro,

sobre caminos retorcidos como tripas de chivo,

Y yo que caminaba todavía a finales de año

bajo el viento cortante que soplaba del norte,

Y pensaba qué poco te preocupaba el gasto

y tú me preocupabas lo suficiente para pagarlo.

Y ¡qué recibimiento!

Copas de jade oro, platos bien arreglados en una mesa

azul toda enjoyada

Y yo borracho, y sin pensar en el regreso,

Y tú caminabas conmigo hasta el extremo occidental

del palacio

Hasta el templo dinástico, rodeado de agua, un agua

transparente como jade azul claro,

Con canoas bogando, y el son de las armónicas y tam-

boriles,

Y las ondas parecidas a las escamas de los dragones,

remedando el verdor de la yerba en el agua,

El placer prolongado en compañía de las cortesanas,

yendo y viniendo sin estorbos,

Con las pelusas de los sauces cayendo como nieve,

Y las chicas pintadas con bermellón, emborrachándose

por fin al caer la tarde

Y el agua, de cien pies de hondo, reflejando sus cejas

verdes,

-Unas cejas pintadas de verde son para verse bajo la

luna tierna,

Lindamente pintadas-

Y las muchachas cantando y respondiéndose con cantos

las unas a las otras

Bailando en trajes transparentes,

Y el viento alzando el canto, interrumpiendo,

Y zarandeando bajo las nubes.

Pero todo esto tiene fin.

No se vuelve a encontrar otra vez.

Me fui a la corte a presentar examen,

Probé la suerte de Layú, ofrecí el canto Choyo,

Sin lograr promoción

Y regresé a las montañas del Este

con la cabeza blanca.

Y más tarde, otra vez, nos encontramos en el puente

del sur,

Y luego el grupo se deshizo, tú partiste hacia el Norte,

para el palacio San,

Y si tú me preguntas cómo es que siento tu partida:

Tal como caen las flores al terminar la primavera,

Confusamente, en agitado remolino.

¿Para qué sirve hablar? -y hablar no tiene fin,

No tienen fin las cosas del corazón.

Llamo al muchacho,

Lo hago sentarse en los talones aquí a mi lado

A sellar esto,

Y te la envío hasta mil millas de distancia, mientras

quedo pensando.