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Pintura

 “La verdad artística”

"He comprendido el arte abstracto debido a una exposición de Miró que ví en España antes de marcharme a París. Miró fue el primer pintor al que me enfrentaba y no era capaz de entender, el primero que realmente fue difícil para mí. Es decir, no entendía por qué pintaba esas cosas. Cuando fui a ver la exposición la gente se reía. Todo el mundo en la sala se preguntaba que quería decir eso que miraba y entre burlas decían que se trataba de una tomadura de pelo. Yo me sentía intrigadísimo. “Pero ¿qué tendrá esta obra para que...? una mancha, una estrella...” 
Recuerdo que compré seis tarjetas postales, seis reproducciones, y las colgué en mi habitación. Yo quería comprender y de esta manera las tenía a la vista y podía mirarlas cada vez que pasaba: tenía que mirarlas. Me costó mucho. ¿Era realmente un caradura como la gente decía? ¿o había algo a lo que yo no era capaz de llegar? Y así, pensando, pensando, me dije: “escucha, Manuel, un libro tú lo ves, es algo visible, está ahí, es real, lo puedes coger y abrir incluso. Pero si tú no lo sabes leer, entonces no sabrás nada, nunca sabrás lo que es un libro. Hay que saber leerlo. Es posible que lo que ocurra es que yo no sepa leerlo”. Fue esto lo que me permitió no creer que se trataba de un impostor. Por que yo no condeno a alguien cuando no lo comprendo. Digo que es un impostor cuando verdaderamente conozco una cosa y veo realmente que no hay nada. Y para eso hay que meterse dentro. Una cosa mal dibujada puede tener su encanto, pero el que no quiere ver este encanto, solamente ve una cosa mal dibujada. Y si un Degas está como sin terminar la gente dirá “este cuadro está sin terminar” en vez de dejarse llevar por ese encanto de lo que Degas llevaba. Una cosa inacabada puede ser maravillosa pero la gente no se deja entrar en la obra.

Y eso mismo me pasaba a mí, que no era capaz de penetrar en lo que veía. Hasta que un día me vino la revelación y comprendí que no había nada que comprender, me entró la... Entonces es cuando ya entendí el arte abstracto y debido a él pude entender toda la pintura.
O quería saber más pero aquí, en España, en aquel entonces, era imposible profundizar. Veía cuadros de Miró y de Picasso y no los entendía. Es decir, no entendía el porqué. Y fue cuando empecé a intuir que la pintura no es solamente pintar un cuadro. Tenía que haber algo más porque el atrevimiento o esta libertad que habla no es suficiente: hay que saber qué es una libertad. Fue por esto que decidí ir a París, para averiguar que podía haber detrás, en el pensamiento de estos hombres. Así que hice todo lo posible para reunir un poco de dinero, dije en casa que me marchaba y me fui a París. No me había formado ninguna idea pero creía que era ahí donde podía encontrar esta verdad con la que yo pudiera continuar. Por que pienso que el temperamento no es todo, nacer pintor no es todo, necesitas una motivación. Esto es lo que yo llamo la verdad artística. Y después yo aportar mi temperamento. Pero antes de nada hay que buscar esta verdad para que tú puedas expresar todo lo tuyo, ya que lo tuyo es únicamente la fuerza y sensibilidad.

Una vez estuve en París traté de profundizar muy rápido, intenté comprender el porqué de todo este debate que había entonces. Llegué sin saber nada y no era cuestión de decir éste me gusta más que otro. Poco a poco fui conociendo gente que me interesaba mucho lo que decía, aunque no lo acabara de entender todo. Pero a base de ir constantemente del Louvre al Jeu de Paume, y de ahí al Museo de Arte Moderno, iba comprendiendo la diferencia, me iba formando una idea. Es decir, yo no entendía cómo un señor como Picasso deformaba las cosas mientras... Entonces a base de preguntas, a base de reflexión, a base de estudio fui comprendiendo la profundidad del arte. Fue un aprendizaje totalmente personal a través del conocimiento de los más grandes pintores."

Manuel Duque
(Extracto de Entrevista con Maite Barrio)