viernes, 17 de diciembre de 2010

Los Santos Inocentes - Miguel Delibes

Los santos inocentes – Miguel Delibes

La estructura externa de la novela de Delibes se presenta como un itinerario dramático hacia un desenlace trágico, el discurso está organizado a través de una estructura compleja que hace que el significado del relato sea más denso.

La estructura interna da sentido, según el propio Delibes, a los tres elementos imprescindibles en todo relato: un hombre, un paisaje, una pasión. El autor pone de relieve:

  • El perfil humano de los personajes
  • El marco en que sitúa los hechos: es un paisaje rico en matices que revela una estructura social semifeudal y Arcadi, y también una vinculación estrecha entre el ámbito y las vidas de los hombres que lo pueblan. El paisaje es distinto para cada personaje, según sea amo o siervo. El lugar pone de relieve una situación injusta, en la que “los inocentes” se llevan la peor parte.
  • El enfrentamiento de pasiones: Hay dos concepciones del mundo enfrentadas, la de los “señoritos” basada en el desprecio por la naturaleza y fundamentalmente por los hombres; y  la de los humildes fundada en la integración en el medio en que viven y en la nobleza de sus actitudes.
Pero el elemento vertebral de la historia es el dramático enfrentamiento entre pasiones, que concluye en el crimen final.

Diferencias sociales: se pueden distinguir dos grupos de personajes, los pertenecientes a un grupo social alto y los personajes sometidos, los sirvientes, que son unos pobres y humildes campesinos. No aparecen representantes de la clase media, a no ser como sombras fugaces en segundo plano.
En el Libro II el antagonismo se presenta en toda su crudeza: víctimas y victimarios, criados y amos, poseedores y despojados.
Los porqueros forman el colectivo de víctimas de la injusticia, y están caracterizados por rasgos comunes de obediencia, autenticidad y solidaridad. En ellos no hay doblez ni disimulo, su sumisión es absoluta y su concordia con la naturaleza innata.
El dato de mayor alcance social es la arraigada conciencia de propiedad de los amos, que se extiende no sólo a la tierra sino también a los hombres.
Los “inocentes” carecen de todo, no poseen la propiedad de la tierra ni de la casa donde habitan, e incluso no pueden decidir  sobre el futuro de sus hijos.

Ciertos factores actúan como barreras, creadas por los que tienen el poder, para hacer imposible el acercamiento entre opresores y oprimidos, y la redención de los humildes.
El más importante es la falta de instrucción. La educación es concebida como una forma de caridad por los señores, que, con ello, satisfacen su conciencia, y no como una necesidad o un derecho de las personas. Los señoritos creen que la cultura redime, pero consideran que es cultura la mera alfabetización.
El concepto de religión que poseen los señoritos constituye otra barrera para la redención de los humildes. La religión aparece como una actividad ritual al servicio de los aristócratas y como una fiesta a la que no pueden asistir los humildes.

Los Santos Inocentes constituye la última novela de la trilogía rural de la que también forman parte “El camino” y “Las ratas”. Dos son los factores comunes a las tres: el personaje central del inocente, el amor y la vehemencia emocional con que Delibes defiende la vida del campo.
En definitiva, Delibes enfrenta dos mundos antagónicos: el del orden natural, asociado con la vida rural, y el del caos y la necedad incomprensiva, asociado con la cultura urbana, de la que son portadores los personajes elevados.

La obra plantea como tema principal la situación de injusticia social que sufren unos sirvientes por parte de sus señores. Los primeros son unos humildes y pobres campesinos, inocentes y humillados, que acatan con total sumisión los abusos de la clase caciquil. Éstos, los dueños de la tierra, los señores aprovechándose de la incultura generalizada de las clases bajas y un sistema socioeconómico basado en el latifundismo, ejercen de modo aberrante un poder extremo, explotador y egoísta. El libro muestra la miserable vida de esos “inocentes”.

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