sábado, 23 de julio de 2011

Dibujos de F. García Lorca

Paralelamente a su obra poética Lorca realizará toda una serie de dibujos, la mayoría a lápiz, con líneas imprecisas, y otros coloreados casi de una forma infantil. Estos dibujos, cada vez más valorados, son una forma de acercarse en mayor profundidad a la obra del poeta granadino, ya que son una plasmación plástica de la simbología que recorre su obra.

La mayoría de los creadores son multidisciplinares, aunque acaban concentrando sus esfuerzos y energías en una faceta por la cual acabarán siendo conocidos; y Federico García Lorca no escapa a este caso, ya que poseía la habilidad de transformar sus escritos en bellos y sensibles dibujos. Rafael Alberti dijo de él:
"Lorca, cuando cogía unos lapicillos de colores o la misma pluma con la que escribía sus poemas, seguía teniendo una frescura de fontana, una gracia como de juego en la calle, de sonrisa de patio, de gallo de veleta, de todo aquello que había visto -u oído- no sabía cuándo con los ojos de su niñez granadina: jarrones con peces y flores, vírgenes atravesadas por puñales, niñas en las ventas y azoteas, ángeles de las torres, manolas, arlequines, bandoleros y marinerillos ebrios y enamorados, todos los temas y figuras de su poesía lírica y dramática, hasta el momento del "Romancero Gitano", un año antes de irse a Nueva York, época en que cambia su estilo, contagiado sin duda por la atmósfera surrealista que ya se expendía por casi toda Europa."

El dibujo para Lorca era una evasión, un desahogo, una pasión. Las figuras, las caricaturas, le acompañaron desde su infancia y sobre todo desde su época con "Los putrefactos" en la Residencia de Estudiantes junto a Dalí, Buñuel o Pepín Bello, origen del surrealismo español.








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