martes, 18 de enero de 2011

La maldición de Malinche - Gabino Palomares

La maldición de Malinche
Del mar los vieron llegar 
mis hermanos emplumados, 
eran los hombres barbados 
de la profecía esperada.
Se oyó la voz del monarca 
de que el Dios había llegado 
y les abrimos la puerta 
por temor a lo ignorado.
Iban montados en bestias 
como Demonios del mal, 
iban con fuego en las manos 
y cubiertos de metal.
Sólo el valor de unos cuantos 
les opuso resistencia 
y al mirar correr la sangre 
se llenaron de vergüenza.
Porque los Dioses ni comen, 
ni gozan con lo robado 
y cuando nos dimos cuenta 
ya todo estaba acabado.
Y en ese error entregamos 
la grandeza del pasado, 
y en ese error nos quedamos 
trescientos años de esclavos.
Se nos quedó el maleficio 
de brindar al extranjero 
nuestra fe, nuestra cultura, 
nuestro pan, nuestro dinero.
Y les seguimos cambiando 
oro por cuentas de vidrio 
y damos nuestra riqueza 
por sus espejos con brillo.
Hoy en pleno siglo XX 
nos siguen llegando rubios 
y les abrimos la casa 
y los llamamos amigos
Pero si llega cansado 
un indio de andar la sierra, 
lo humillamos y lo vemos 
como extraño por su tierra.
Tú, hipócrita que te muestras 
humilde ante el extranjero 
pero te vuelves soberbio 
con tus hermanos del pueblo.
Oh, Maldición de Malinche, 
enfermedad del presente 
¿Cuándo dejarás mi tierra 
cuándo harás libre a mi gente?






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