miércoles, 25 de mayo de 2011

Fernando Pessoa - Poemas

Fernando Pessoa
       (Portugal, 1888-1935)

  Poeta portugués que introdujo en la literatura europea el modernismo portugués, pero que sólo alcanzó reconocimiento tras su muerte en Lisboa, en 1935. Pessoa nació en Lisboa, pero durante su infancia viajó a Durban, en Suráfrica, donde su padrastro era cónsul, había perdido a su padre con 5 años y su madre se casó en segundas nupcias. El inglés se convirtió en su segunda lengua: fue bilingüe y trabajó como traductor técnico; publicó sus primeros poemas en inglés. Al tiempo que trabajó como traductor se convirtió en el principal foco estético de la vanguardia portuguesa y colaboró en diversas publicaciones como Orfeo, órgano de la literatura vanguardista. Influido por la filosofía de Schopenhauer y de Nietzsche, y por los simbolistas franceses, introdujo en su país las corrientes literarias en boga de la época; desde el modernismo al futurismo. No publicó poesía en portugués hasta un año antes de su muerte, cuando apareció una colección de poemas firmados con diferentes nombres, como si fueran distintos alter egos. Es la suya una obra que verdaderamente puede decirse que representa todos los aspectos diferentes de la personalidad del poeta con su completa variedad de voces y diferentes estilos individuales. Después de su muerte han aparecido sus Obras Completas publicadas con diferentes nombres. I-Poesías, 1942, de Fernando Pessoa; II-Poesías, 1944, de Alvaro de Campos; III-Poemas, 1946, de Alberto Caeiro; IV-Odas, 1946, de Ricardo Reis; V-Mensajes, 1945; VI-Poemas dramáticos; y VII y VIII-Poesías inéditas. Destaca también El libro del desasosiego (aparecido en 1982), que inició el poeta en 1912 y que se compone de aforismos, divagaciones y fragmentos de su diario.

Poesía desconcertante

            Pessoa fue uno de los más grandes poetas, no sólo porque escribiera mucha y diversa poesía, sino porque los temas que toca a través de sus heterónimos son universales. A través del nihilismo, la melancolía, la soledad, la incapacidad para amar y sus heterónimos, su amor por la sencillez y la 
naturaleza nos descubre otras formas de expresar lo inexpresable.
Dónde está Dios, aunque no exista


" ¿Dónde está Dios, aunque no exista? Quiero rezar y llorar, arrepentirme de crímenes que no he cometido, disfrutar de ser perdonado por una caricia no propiamente maternal. Un regazo para llorar, pero un regazo enorme, sin forma, espacioso como una noche de verano, y sin embargo cercano, caliente, femenino, al lado de cualquier fuego… Poder llorar allí cosas impensables, faltas que no sé cuáles son, ternuras de cosas inexistentes, y grandes dudas crispadas de no sé qué futuro…Una infancia nueva, un ama vieja otra vez, y una cama pequeña donde acabe por dormirme, entre cuentos que arrullan, mal oídos, con una atención que se pone tibia, de rayos que penetraban en jóvenes cabellos rubios como el trigo… Y todo esto muy grande, muy eterno, definitivo para siempre, de la estatura única de Dios, allá en el fondo triste y somnoliento de la realidad última de las cosas…Un regazo o una cuna o un brazo caliente alrededor de mi cuello…Una voz que canta bajo y parece querer hacerme llorar…El ruido de la lumbre en el hogar… Un calor en el invierno… Un extravío suave de mi conciencia… Y después, sin ruido, un sueño tranquilo en un espacio enorme, como la luna rodando entre estrellas…Cuando coloco en un rincón, con un cuidado lleno de cariño –con ganas de darles besos- mis juguetes, las palabras, las imágenes, las frases –¡me quedo tan pequeño y tan inofensivo, tan solo en un cuarto tan grande y tan triste, tan profundamente triste…! Después de todo, ¿quién soy yo cuando no juego? Un pobre huérfano abandonado en las calles de las sensaciones, tiritando de frío en las esquinas de la Realidad, teniendo que dormir en los escalones de la Tristeza y que comer el pan regalado de la Fantasía. De un padre sé el nombre; me han dicho que se llama Dios, pero el nombre no me da idea de nada. A veces, de noche, cuando me siento solo, le llamo y lloro, y me hago una idea de él a la que poder amar… Pero después pienso que no le conozco, que quizás no sea así, que quizás no sea nunca ese padre de mi alma…¿Cuándo se terminará todo esto, estas calles por las que arrastro mi miseria, y estos escalones donde encojo mi frío y siento las manos de la noche entre mis harapos? Si un día viniese Dios a buscarme y me llevase a su casa y me diese calor y afecto… Pero el viento se arrastra por la calle y las hojas caes en la acera… Alzo los ojos y veo las estrellas que no tienen ningún sentido… Y de todo esto apenas quedo yo, un pobre niño abandonado…Tengo mucho frío. Estoy tan cansado en mi abandono. Vé a buscar, oh Viento, a mi Madre. Llévame por la Noche a la casa que no he conocido…Vuelve a darme, oh Silencio, mi alma y mi cuna y la canción con que dormía. "


El amor es una compañía


El amor es una compañía, ya no sé andar solo por los caminos,
porque ya no puedo andar solo.
Un pensamiento visible me hace andar más a prisa y ver menos,
y al mismo tiempo gustar de ir viendo todo.
Aun la ausencia de ella es una cosa que está conmigo,
y yo gusto tanto de ella que no sé cómo desearla.
Si no la veo, la imagino y soy fuerte como los árboles altos,
pero si la veo tiemblo, no sé qué se ha hecho
de lo que siento en ausencia de ella.
Todo yo soy cualquier fuerza que me abandona.
Toda la realidad me mira como un girasol con la cara de ella en el medio.



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