La tierra
Aleksandr Dovzhenko
Intérpretes: Stepan Shkurat (Oponas), Semyon Svashenko (su hijo Vos), Yulia Solntseva (su hija).
Al intelectualismo rígido de Eisenstein, al álgebra ampulosa de Dziga Vertov, Dovzhenko opone una inspiración rústica, un dinamismo desdeñoso de las consignas; «los trabajos y los días» de la era koljosiana.
Un viejo paisano muere trabajando, arrugado como un fruto seco. Su nieto, Vassili, es el nuevo responsable del koljós. Prueba con un tractor que acaba de salir al mercado, trabajando con ardor cada parcela de tierra, arrollando las barreras, incluyendo aquellas de un sombrío y opulento granjero. Furioso, el hijo de este último mata al imprudente. Se lo entierra según el rito ancestral, con imponente acompañamiento de cantos y plegarias. El asesino, presa del remordimiento, se retracta públicamente ante la comunidad. La lluvia cae sobre la tierra pacificada. La vida continúa...
La poesía del koljós
Esta película es uno de los más bellos poemas líricos de la pantalla, pero desembarazado de toda evanescencia, de todo trazo de esteticismo, sólidamente incrustado en una realidad social, humana, cósmica, aquélla de la Rusia anclada en sus tradiciones, y abierta a la vez a la renovación económica. Es, tal como lo precisa un subtítulo, un «cine poema», de inspiración materialista, uno de los productos más puros de Rusia, muy superior a la línea general de Eisenstein, rodada el año anterior, y que se perdía entre el didactismo y la caricatura. En La tierra, el folclore campesino se eleva al nivel de las grandes odas de un Virgilio o un Hesíodo; una cámara inspirada confiere a ciertas secuencias (el cortejo fúnebre, la desesperación de Khoma acurrucado sobre la tierra) la dimensión de un himno. La imagen madre del film, que se podrá encontrar en otras películas del mismo realizador, es la del girasol, símbolo de la vida.
Esta libertad, esta frescura creadora, volverá a encontrarse en otras obras de Alexandr Dovzhenko (1894-1956) como Aerograd), Chtchors (1939), El poema o morie (1958, terminada por su mujer, Yulia Solntseva).
No hay comentarios:
Publicar un comentario