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jueves, 20 de enero de 2011

Mundo infantil

Hay que tener mucho cuidado al cruzar la calle, explicaba el educador colombiano Gustavo Wilches a un grupo de niños:
Aunque haya luz verde, nunca vayan a cruzar sin mirar a un lado, y después al otro.
Y Wilches contó a los niños que una vez un automóvil lo había atropellado y lo había dejado tumbado en medio de la calle. Evocando aquel desastre que casi le costó la vida, Wiches frunció la cara. Pero los niños preguntaron:
¿De qué marca era el auto? ¿Tenía aire acondicionado? ¿Y techo solar eléctrico? ¿Tenía faros antiniebla? ¿De cuántos cilindros era el motor?

                                                                                                        Eduardo Galeano


Vidrieras

Juguetes para ellos: rambos, robocops, ninjas, batmans, monstruos, metralletas, pistolas, tanques, automóviles, motocicletas, camiones, aviones, naves espaciales.

Juguetes para ellas: barbies, heidis, tablas de planchar, cocinas, licuadoras, lavarropas, televisores, bebés, cunas, mamaderas, lápices de labios, ruleros, coloretes, espejos.

                                                                                                                     Eduardo Galeano



La fuga

La fuga / 1

Charlando con un enjambre de niños de la calle, de esos que se trepan a los autobuses en la ciudad de México, la periodista Karina Aviles les preguntó por las drogas.
Me siento muy bien, me quito de los problemas —dijo
uno.
Cuando bajo a lo que soy —dijo—, me siento encerrado como un pajarito.
Esos niños eran habitualmente acosados por los policías y los perros de la Central Camionera del Norte. El gerente general de la empresa declaró a la periodista:
—No dejamos que los niños se mueran porque, de alguna manera, son humanos.


La fuga / 2

En las calles de México, una niña inhala tolueno, solubles, pegamentos o lo que sea. Pasada la tembladera, cuenta:
Yo aluciné al Diablo, o sea que se me metía el Diablo y en eso, ¡pus!, quedé en la orillita, ya me iba a aventar, de ocho pisos era el edificio y ya me iba yo a aventar, pero en eso se me fue mi alucín, se me salió el Diablo. El alucín que más me ha gustado es cuando se me apareció la Virgencita de Guadalupe. Dos veces la aluciné.

                                                                                                        Eduardo Galeano






Para que el sordo escuche

Crece la cantidad de niños desnutridos en el mundo. Doce millones de niños menores de cinco años mueren anualmente por diarreas, anemia y otros males ligados al hambre. En su informe de 1998, UNICEF proporciona datos como éste, y propone que la lucha contra el hambre y la muerte de los ni­ños «se convierta en una prioridad mundial absoluta».
Y para que así sea, recurre al único argumento que puede tener, hoy por hoy, eficacia: «Las carencias de vitaminas y minerales en la alimentación cuestan a algunos países el equivalente de más de un 5% de su producto nacional bruto en vidas perdidas, discapacidad y menor productividad».

                                                                                                                         Eduardo Galeano

Puntos de vista

Puntos de vista/1

Desde el punto de vista del buho, del murciélago, del bohemio y del ladrón, el crepúsculo es la hora del desayuno.
La lluvia es una maldición para el turista y una buena noticia para el campesino.
Desde el punto de vista del nativo, el pintoresco es el turista.
Desde el punto de vista de los indios de las islas del mar Caribe, Cristóbal Colón, con su sombrero de plumas y su capa de terciopelo rojo, era un papagayo de dimensiones jamás vistas.


Puntos de vista/2

Desde el punto de vista del sur, el verano del norte es invierno.
Desde el punto de vista de una lombriz, un plato de espaguetis es una orgía.
Donde los hindúes ven una vaca sagrada, otros ven una gran hamburguesa.
Desde el punto de vista de Hipócrates, Galeno, Maimónides y Paracelso, existía una enfermedad llamada indiges­tión, pero no existía una enfermedad llamada hambre.
Desde el punto de vista de sus vecinos del pueblo de Cardona, el Toto Zaugg, que andaba con la misma ropa en verano y en invierno, era un hombre admirable:
El Toto nunca tiene frío —decían.
El no decía nada. Frío tenía; lo que no tenía era un abrigo.


Puntos de vista/3

Desde el punto de vista de las estadísticas, si una persona recibe mil dólares y otra persona no recibe nada, cada una de esas dos personas aparece recibiendo quinientos dó­lares en el cómputo del ingreso per cápita.
Desde el punto de vista de la lucha contra la inflación, las medidas de ajuste son un buen remedio. Desde el punto de vista de quienes las padecen, las medidas de ajuste multiplican el cólera, el tifus, la tuberculosis y otras maldiciones.


Puntos de vista/4

Desde el punto de vista del oriente d l mundo, el día del occidente es noche.
En la India, quienes llevan  luto visten de blanco.
En la Europa antigua, el negro, color de la tierra fecunda, era el color de la vida, y el blanco, color de los huesos, era el color de la muerte.
Según los viejos sabios de la región colombiana del Chocó, Adán y Eva eran negros, y negros eran sus hijos Caín y Abel. Cuando Caín mató a su hermano de un garrotazo, tronaron las iras de Dios. Ante las furias del Señor, el asesino palideció de culpa y miedo, y tanto palideció que blanco quedó hasta el fin de sus días. Los blancos somos, todos, hijos de Caín.

                                                                                                           Eduardo Galeano

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