viernes, 2 de septiembre de 2011

Che, Buenos Aires - Armando Tejada Gomez

Amanecí de niebla en los andenes. 
Dicen que con la luna a las espaldas. 

No sé en qué viento vine. Te traía 
ese polvo tenaz, esa distancia 
agreste y cereal como la tierra 
donde recobras tu paloma diaria. 

Toqué tu aroma gris. Crucé el tumulto 
incorporándolo al sonido de mi sangre. 
Empuñé el viejo amor. Entré a la lluvia 
y me volví guitarra en tu regazo. 

Dicen que desperté como naciendo 
con todo el sol en vilo en las pestañas, 
que salí a conocerte en las esquinas 
donde ya eras leyenda, puro tango, 
porque anduve de olvido y fui tu ausencia 
durante mucho hueso y mucho llanto 
y teníamos tanto que decirnos! 
tanto país doliendo que contarnos! 

Andabas multitud, cálido río 
de muchedumbre mía y navegante, 
pero te busqué el rostro donde sueñas 
y me quedé en tus ojos a soñarte. 

Te averigüé la vida y era urgente 
compartir el insomnio en un estaño, 
discutir ese asunto del otoño, 
demorarme en tu vino mano a mano 
hasta fundar esa alegría lenta 
que arde en la sal más fuego de una lágrima 
desde donde se crece a la ternura 
porque uno es hombre así, che, Buenos Aires. 

Se dio el amor. Andaba entre la gente 
como una flor perdida entre los pájaros. 
Lo vi cruzar crepúsculos y esquinas 
llevándose la tarde de la mano. 
Jugándose en las calles. Combatiendo 
por el íntimo pan y el trecho de alba. 
Todo el amor se dio incesantemente 
y yo lo vi estallar en sudestada. 

Después me preguntaste: ... qué hay del aire 
y ese color Oeste del verano? 
En qué cañaveral, aún gimiendo, 
anda la suerte pobre de la Patria? 
Qué árboles recuerdas? Qué camino 
pisa la dura copla que me cantas? 
Cómo quedó tu madre? Siempre cobre 
bajo la luz enorme y camarada? 
Se crece allá? Perdura lo profundo? 
sigue subiendo el sol a nuestra causa? 
Qué traes en los ojos? Cómo ejerces 
tu oficio de badajo y de campana? 

-Vos siempre de país...! 
-Siempre andariego! 
-Sacate el viento... 
-La camisa agraria. 
-Es hora que hagás sombra por Boedo 
donde una luna bandoneón te aguarda... 

Entonces, me quedé a contarte el viento 
y a saberme tus vidas y milagros, 
fundé la casa al sur con mi Gloriana, 
un grillo Glorianita y otro Paula. 

No sé por cuánto tiempo. No sabemos 
qué tiempo de vivir es necesario 
para serte guitarra, canto tuyo 
crecido en el tumulto de tu canto. 

De noche, suelo caminar tus lunas. 

Dicen que ando de niebla... 

No hagas caso. 



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