El sábado volví a Palermo. El lugar donde transcurrió mi niñez y adolescencia. Y pude revivir los corsos de mi infancia después de ... ¡tantos años!.
Y descubrí un barrio distinto.Uno que queda entre el "Soho", el "Hollywood", la Plaza Serrano, por donde desfilan turistas, paquetas señoritas, acartonados caballeros y donde algunas veces vamos con mi compañero a tomar algo, pasear o cenar.
Entonces comprendí el significado de la palabra popular, cultura, y pude ver el esfuerzo, trabajo y pasión de los murgueros, pregonando sus vivencias y pasiones.
Un espacio donde se sentía la confraternidad, solidaridad y alegría de todos los que hacen posible que las murgas desfilen una vez más en los barrios.
Gracias Atrevidos por sus bailes, colores, tambores, guitarras, bajo y esas maravillosas y fuertes voces que hablan nada más ni nada menos que de la Vida, con mayúscula.
Prometemos volver y algún día seremos millones. Adelina
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