ARLT- BORGES - PIGLIA
Por Bárbara Schuchard
La discutida pregunta de si Borges y
Arlt se habían conocido, leído, comentado parece solucionada. En cuanto a
Piglia en su relación con Arlt, a sus homenajes y sus comentarios críticos,
está por parecer una contribución sobre el tema. Resumiendo todos los datos
consta lo siguiente: Arlt y Borges se conocieron y se comentaron
recíprocamente.
De parte de Arlt puede leerse un
reportaje de 1929 en el que habla, entre otros autores, de Borges; por otro
lado Arlt no pudo conocer la importante creación borgeana posterior a 1942.
Borges, sin embargo, quedó muy
impresionado por El juguete rabioso de Arlt que estima
superior a todo lo que escribió Horacio Quiroga y que homenajeó posteriormente
en su cuento El indigno. El paralelo entre las dos obras lo
descubrió Piglia, él mismo ya especialista en homenajes a Roberto Arlt: «¿Y qué es ese cuento si no un homenaje de
Borges al único escritor contemporáneo que siente a la par?».
La novela de Piglia rebosa teoría y
discusiones literarias; una de ellas trata de lo argentino en la historia
literaria del país centrándose en la importancia de Arlt, «el único escritor
verdaderamente moderno que produjo la literatura argentina del siglo XX».
Demuestra Piglia que el reproche que se
ha hecho a Arlt desde un principio, a saber el de escribir mal,
falta en absoluto de perspicacia histórica como teórica: porque Arlt había
percibido que la lengua nacional era «el lugar donde conviven y se enfrentan
distintos lenguajes, con sus registros y sus tonos», porque él trabajaba y
transformaba este conglomerado.
Lo moderno en Arlt reside para Piglia
en ese distanciamiento de todo lo que significaba en la literatura argentina la
idea de estilo.
Esta idea aparece cuando la literatura
consigue su autonomía, cuando comienza a «ser juzgada a partir de valores
específicos [...] puramente literarios y no, como sucedía en el XIX, por sus
valores políticos o sociales». Según Piglia esta idea de la autonomía y la
correlativa noción de estilo nace en la Argentina «como reacción frente al
impacto de la inmigración» que, para las clases dominantes, «destruye nuestra
identidad nacional, nuestros valores tradicionales, etc., etc.».
A partir de este momento la función
ideológica de la literatura será la de «preservar la pureza de la lengua
nacional frente a la mezcla, el entrevero, la disgregación producida por los
inmigrantes». Así se explica el papel decisivo que tuvo Leopoldo Lugones como
poeta nacional que define el estilo literario argentino; de manera que también para
Borges escribir bien quería decir escribir como Lugones. Arlt, el hijo de
inmigrantes, ha trabajado en un sentido absolutamente opuesto y ganado su lugar
de moderno, como Borges el suyo de escritor del XIX.
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