jueves, 15 de marzo de 2012

Sobre Rafael Alberti


POESÍA COMPROMETIDA

          A partir de 1931 el compromiso político de Alberti llega a su poesía y se refleja en su libro “El poeta en la calle” (1936). Aquí incluye una seria de romances de la guerra que continúan con unos poemas que aluden a la resistencia de Madrid y que llevan como título “Capital de la gloria”. Los ecos de la guerra civil se aprecian también en “De un momento a otro” y “Entre el clavel y la espada” (1939-1940). A esta poesía el poeta la llama “poesía civil”. Así comenta el poeta: “Antes mi poesía estaba al servicio de unos pocos. Hoy no. Lo que me impulsa a ella es la misma razón que mueve a los obreros y a los campesinos, o sea, una razón revolucionaria”. Es decir, no todos los poemas que escribe en esta época son grandes poemas, ya que podríamos decir que lo que escribe es “poesía de urgencia”, rápida y, a veces, como observan sus estudiosos, panfletaria. 
          Acaso uno de sus poemas más bellos, perteneciente a esta etapa sea “Se equivocó la paloma”, que conocemos bien en la versión musicada y cantada por Ana Belén:

“Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo;
Que la noche, la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas, rocío;
Que el calor, la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falta era tu blusa;
Que tu corazón, su casa.
Se equivocaba.
(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama)”.

POESÍA DEL EXILIO

          En el exilio Aberti abarcará diversos temas, desde una poesía de corte clásico, “A la pintura” (1952), dedicado a los pintores que él admira, hasta una poesía de acento crítico y neopopular, “Coplas de Juan Panadero”. En los años del exilio su poesía se tiñe de nostalgia hacia la tierra que tuvo que dejar, pero alude también a su nueva patria, la hispanoamericana. Así lo vemos en “Pleamar” (1942-1944), “Retorno de lo vivo lejano” (1952), escrito en arte mayor, y “Baladas y canciones del Paraná” (1954), que mantiene ritmos populares. Por ejemplo, en unos versos de “Baladas y canciones del Paraná” leemos:

“Hoy las nubes me trajeron,
volando, el mapa de España.
¡Qué pequeño sobre el río,
y qué grande sobre el pasto
la sombra que proyectaba!”.

          Ya en Roma escribió “Roma, peligro para caminantes”. Podemos hablar de otros títulos como “Abierto a todas horas”, “Los ocho nombres de Picasso” y algunos más.

ÚLTIMOS LIBROS Y TEATRO

          De vuelta a España, Alberti siguió publicando poesía y buena muestra de ello es su libro “Fustigada luz”.
          Aparte, Alberti también escribió teatro, aunque poco conocido en España. Podemos hablar de “El hombre deshabitado” (1930), “Fermín Galán” (1931), sobre un héroe republicano fusilado, “El trébol florido”, “El adefesio” (1944) y La Gallarda. No nos olvidamos de “Noche de guerra en el Museo del Prado” (1956) que es su obra más importante, teñida de elementos políticos.
          Alberti también escribió prosa, “Imagen primera de...” (1945) en donde traza la semblanza de artistas y escritores con los que tuvo alguna relación y, sobre todo “La arboleda perdida” (1949 y 1987) que es, por decirlo así, un libro de memorias, lleno de recuerdos, de nombres y, sobre todo, de sensibilidad. En la primera parte, por ejemplo, Alberti explica, de manera muy melancólica, el porqué del título: “Ahora, según me voy adentrando, haciéndome cada vez más chico, más alejado punto por esa vía que va a dar al final, a ese “golfo de sombra” que me espera tan sólo para cerrarse, oigo detrás de mí los pasos, el avance callado, la inflexible invasión de aquella como recordada arboleda perdida de mis años”. En su segunda parte, al hilo de los años que han pasado, escribe: “Ahora me encuentro reposando un poco, aunque vuelve a inquietarme la memoria todo aquello que seguramente no conté, y lo mucho, muchísimo, que debo decir aún en un tercer volumen, que casi ya estoy escribiendo. Y las hojas todavía colgando de las ramas de mi Arboleda seguirán desprendiéndose hasta dejarlas convertidas en ramas secas, mudas, calladas para siempre”.

CONSIDERACIONES FINALES

          Alberti es un poeta con una variedad de registros riquísima, un poeta que hay que analizar despacio porque se ha paseado, con aciertos o desaciertos, por una cantidad de temas y formas y estilos realmente amplios. Es un poeta, como hemos visto, desigual y contradictorio, aunque eso no tiene que menoscabar sus grandes aciertos y su mejor poesía que es, seguramente, la poesía pura. Destaca, sobre todo, su sensibilidad, su humanidad, su calidad personal. Alberti, sin duda, es uno de los poetas más importantes del S. XX.




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