POESÍA COMPROMETIDA
A partir de
1931 el compromiso político de Alberti llega a su poesía y se refleja en su
libro “El poeta en la calle” (1936).
Aquí incluye una seria de romances de la guerra que continúan con unos poemas
que aluden a la resistencia de Madrid y que llevan como título “Capital de la gloria”. Los ecos de la
guerra civil se aprecian también en “De
un momento a otro” y “Entre el
clavel y la espada” (1939-1940). A esta poesía el poeta la llama “poesía civil”. Así comenta el poeta:
“Antes mi poesía estaba al
servicio de unos pocos. Hoy no. Lo que me impulsa a ella es la misma razón que
mueve a los obreros y a los campesinos, o sea, una razón revolucionaria”. Es decir, no todos
los poemas que escribe en esta época son grandes poemas, ya que podríamos decir
que lo que escribe es “poesía de urgencia”, rápida y, a veces, como observan
sus estudiosos, panfletaria.
Acaso uno
de sus poemas más bellos, perteneciente a esta etapa sea “Se equivocó la paloma”, que conocemos bien en la versión musicada
y cantada por Ana Belén:
“Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo;
Que la noche, la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas, rocío;
Que el calor, la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falta era tu blusa;
Que tu corazón, su casa.
Se equivocaba.
(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama)”.
POESÍA DEL EXILIO
En el
exilio Aberti abarcará diversos temas, desde una poesía de corte clásico, “A la pintura” (1952), dedicado a los
pintores que él admira, hasta una poesía de acento crítico y neopopular, “Coplas de Juan Panadero”. En los años
del exilio su poesía se tiñe de nostalgia hacia la tierra que tuvo que dejar,
pero alude también a su nueva patria, la hispanoamericana. Así lo vemos en “Pleamar” (1942-1944), “Retorno de lo vivo lejano” (1952),
escrito en arte mayor, y “Baladas y
canciones del Paraná” (1954), que mantiene ritmos populares. Por ejemplo,
en unos versos de “Baladas y canciones
del Paraná” leemos:
“Hoy las nubes me trajeron,
volando, el mapa de España.
¡Qué pequeño sobre el río,
y qué grande sobre el pasto
la sombra que proyectaba!”.
Ya en Roma
escribió “Roma, peligro para
caminantes”. Podemos hablar de otros títulos como “Abierto a todas horas”, “Los ocho nombres de Picasso” y algunos
más.
ÚLTIMOS LIBROS Y TEATRO
De vuelta a
España, Alberti siguió publicando poesía y buena muestra de ello es su libro “Fustigada luz”.
Aparte,
Alberti también escribió teatro, aunque poco conocido en España. Podemos hablar
de “El hombre deshabitado” (1930), “Fermín Galán” (1931), sobre un héroe
republicano fusilado, “El trébol
florido”, “El adefesio” (1944) y “La Gallarda ”. No nos
olvidamos de “Noche de guerra en el
Museo del Prado” (1956) que es su obra más importante, teñida de elementos
políticos.
Alberti
también escribió prosa, “Imagen primera
de...” (1945) en donde traza la semblanza de artistas y escritores con los
que tuvo alguna relación y, sobre todo “La
arboleda perdida” (1949 y 1987) que es, por decirlo así, un libro de
memorias, lleno de recuerdos, de nombres y, sobre todo, de sensibilidad. En la
primera parte, por ejemplo, Alberti explica, de manera muy melancólica, el
porqué del título: “Ahora,
según me voy adentrando, haciéndome cada vez más chico, más alejado punto por
esa vía que va a dar al final, a ese “golfo de sombra” que me espera tan sólo
para cerrarse, oigo detrás de mí los pasos, el avance callado, la inflexible
invasión de aquella como recordada arboleda perdida de mis años”. En su segunda parte,
al hilo de los años que han pasado, escribe: “Ahora me encuentro reposando un poco, aunque vuelve a inquietarme la
memoria todo aquello que seguramente no conté, y lo mucho, muchísimo, que debo
decir aún en un tercer volumen, que casi ya estoy escribiendo. Y las hojas
todavía colgando de las ramas de mi Arboleda seguirán desprendiéndose hasta
dejarlas convertidas en ramas secas, mudas, calladas para siempre”.
CONSIDERACIONES FINALES
Alberti es
un poeta con una variedad de registros riquísima, un poeta que hay que analizar
despacio porque se ha paseado, con aciertos o desaciertos, por una cantidad de
temas y formas y estilos realmente amplios. Es un poeta, como hemos visto,
desigual y contradictorio, aunque eso no tiene que menoscabar sus grandes
aciertos y su mejor poesía que es, seguramente, la poesía pura. Destaca, sobre
todo, su sensibilidad, su humanidad, su calidad personal. Alberti, sin duda, es
uno de los poetas más importantes del S. XX.
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