El
trabajo de Poe tiene dos vertientes: Los textos teóricos y la escritura de creación.
Entre los primeros los más importantes son: Fundamento del verso
(1843), La filosofía de la composición (1846), El principio poético, que
apareció en 1850, poco después de su muerte. Estos escritos, traducidos y
completados por C. Baudelaire, fueron piezas clave en la crítica que la
corriente moderna planteó a los criterios de espontaneidad e inspiración
creativa que sostenían los románticos. El autor defendió con vehemencia la
tesis de que es posible construir un texto paso a paso, conociendo previamente
el resultado e incluso la impresión que causará en el lector.
Pese
a sus valiosas aportaciones teóricas, que sentaron las bases para la
construcción del relato moderno, lo más significativo de su obra es la calidad
literaria de sus cuentos. Según él mismo, los mejores dentro del género de
terror serían Ligeia (1938), La caída de la casa Usher (1839) y El gato
negro (1843), entre otros.
Asimismo
destacan Los crímenes de la calle Morgue (1841) y La carta robada (1844),
de temática policíaca, cuyo protagonista es el inspector y artista Auguste
Dupin, a los que pueden sumarse otras piezas excepcionales tales como El
hombre de la multitud, en el que hay una anticipación intuitiva de la
que sería la metrópolis moderna, o el asombroso El diablo en el campanario.
Escribió
también una novela La narración de Arthur Gordon Pym (1838), cuya trama consiste
en un viaje imaginario rumbo al Polo sur, y en la que los símbolos utilizados
son a un tiempo reveladores y herméticos: la escritura invade el mundo, un
terremoto en cierta isla deja entrever profundidades laberínticas que
corresponden a las letras del alfabeto y otros sorprendentes arcanos.
La
poesía de Poe fue mal valorada por la crítica anglosajona que la consideró un
producto artificioso y de ritmo musical “mecánico”; en cambio, en Europa y a
partir del trabajo de de-construcción y
traducción de S. Mallarmé, fue vista como el antecedente del simbolismo,
tanto por lo sugestivo de su mensaje como por la exactitud del lenguaje. Así,
mucho antes de que su propio país lo reconociera, -casi con cien años de
retraso- como uno de los grnades de la literatura, en Europa se le saludaba con
entusiasmo como “poeta maldito” con rasgos románticos y antecesor del
simbolismo.
Extraordinariamente
versátil, innovador y con una sorprendente capacidad de invención, lo cierto es
que Poe sentó precedentes para lo que serían luego diversos géneros literarios,
como el policíaco o la ciencia ficción.
Más
tarde, y a partir de los trabajos de T. S. Elliot y de A. Tate ingresó por la
puerta grande en la tradición literaria americana.
Hoy
se lo reconoce como uno de los mayores exponentes del caso excepcional de un
escritor que plantea una poética propia, que es en sí misma un medio y un fin
para la realización de su obra.
Diccionario de la
Literatura Universal
No hay comentarios:
Publicar un comentario