¿Qué fue el modernismo?
Federico de Onís lo interpretó como:
“...la forma hispánica de la
crisis universal de las letras y del espíritu que inicia hacia 1885 la
disolución del siglo XIX y que se había manifestado en el arte, la ciencia, la
religión, la política y gradualmente en los demás aspectos de la vida entera,
con todos los caracteres, por tanto, de un hondo cambio histórico, cuyo proceso
continúa hoy.”
Federico de Onís - Antología de la poesía española e hispanoamericana
Madrid, 1934, p. XV.
Arturo Torres-Rioseco lo
considera:
“...un movimiento
representativo de la vida cultural de Hispanoamérica.”
Arturo Torres-Rioseco - La gran literatura iberoamericana
Buenos Aires, 1945, p.
106.
Juan Ramón Jiménez señala que:
“...lo que se llama
modernismo no es cosa de escuela ni de forma, sino de actitud. Era el encuentro
de nuevo con la belleza sepultada durante el siglo XIX por un tono general de
poesía burguesa. Eso es el modernismo: un gran movimiento de entusiasmo y libertad
hacia la belleza.”
Juan Ramón Jiménez - El modernismo; notas de un curso
México, 1953, p. 17
No pocos críticos coinciden en
una definición que podríamos reformular, de modo general, en estos términos:
“Es un movimiento de
renovación literaria en la América española, que surge hacia 1880, que señala
la madurez y la independencia espiritual del subcontinente y que por primera
vez influye en la literatura europea. Fue, ante todo, una reacción contra los
excesos del romanticismo, que ya había cumplido su misión y estaba agotado, y
contra las limitaciones y el criterio estrecho del retoricismo y el
academicismo seudoclásico”.
¿Cómo se origina el
modernismo? ¿Cuáles son sus fuentes? Las principales fuentes son francesas: el
parnaso y el simbolismo. El parnaso o parnasismo (1860-1876) agrupaba a los
poetas que colaboraban en la revista parisiense Le Parnasse Contemporaine
(1866-1876), entre los cuales se contaban Teophile Gautier, Leconte de Lisle,
Catulle Mendès, François Coppée, Baudelaire. La plasticidad y la impersonalidad
eran las características de estos poetas, perseguidores de formas y figuras.
Dos parnasianos de la primera hora, Paul Verlaine y Stephan Mallarmé, se
perfilan en la década del 80 como los maestros de una nueva corriente estética:
el simbolismo. Los simbolistas perseguían sobre todo la musicalidad y la
sugerencia. Querían torcerle el cuello a la elocuencia, descomponer el color,
escoger el matiz, procurar la imprecisión evanescente. Otros poetas de esta
corriente son Moréas, Regnier, Verhaeren. A estas dos fuentes francesas hay
que agregar otras del mismo origen: el realismo, el naturalismo, el
impresionismo y también el romanticismo. Y entre las fuentes no francesas, los
prerrafaelistas ingleses (Dante Gabriel Rossetti y Charles Swinburne,
especialmente), Edgar Allan Poe, Gabriel D'Annunzio, Heine, Walt Whitman. Sin
olvidar tampoco a poetas españoles como Berceo, el Arcipreste de Hita,
Góngora, Quevedo. Los modernistas asimilaron sabiamente todos estos alimentos y
produjeron algo nuevo, distinto, original.
Ahora bien, ¿cuáles son los
rasgos peculiares de la literatura modernista? Los más visibles son los
siguientes:
a) Anhelo de perfección formal;
b) Renovación de la expresión
poética, con el consiguiente repudio de las limitaciones impuestas por la
retórica tradicional. Nuevos moldes, nuevos metros, nuevos ritmos, nuevas
combinaciones de palabras y de rimas fueron, en poesía, el fruto de ese empeño
renovador. La prosa ganó en agilidad, precisión y riqueza rítmica;
c) Búsqueda
de la originalidad y rechazo del clisé y de los lugares comunes expresivos;
d)
Captación de correspondencias y sinestesias;
e) Vocabulario suntuoso y
colorido, que produce efecto deslumbrante por sugerir joyas, esmaltes,
camafeos, pedrería, y todo lo que hiere la vista con la sensación de la luz;
f)
Uso de símbolos de elegancia plástica, como el cisne, el pavo real, el
ruiseñor, la flor de lis;
g) Esteticismo;
h) Evocación de diversas épocas del
pasado histórico;
i) Exotismo;
j) Una sensibilidad mórbida, mezcla de duda,
desencanto, hastío, pesimismo;
k) Tendencia casi religiosa hacia lo misterioso
y lo oculto.
¿Cuáles son las fronteras
temporales del modernismo? Algunos críticos consideran que comienza hacia 1880
y concluye hacia 1920. Otros acortan esta última fecha hasta 1916, año en que
muere su figura mayor, Rubén Darío. Otros la extienden a 1930 ó 1934. No faltan
tampoco quienes piensan que no se trata de un movimiento concluso: su límite
final quedaría abierto, pues sus efectos se advierten en escritores contemporáneos.
La mayoría de los críticos coinciden, sin embargo, en distinguir tres etapas
en su evolución. La primera, de iniciación, entre 1880 y 1896, con figuras
como Manuel Gutiérrez Nájera, José Asunción Silva, y Julián del Casal. La
segunda, de apogeo, entre. 1896 y 1905. El autor principal es ahora Rubén
Darío. La obra que mejor representa este período es Prosas profanas. La
tercera, de reacción contra el esteticismo puro y el refinamiento verbal, de
1905 en adelante; es decir, a partir de Cantos de vida y esperanza, obra
en que el gran poeta abandona su brillo exterior, se repliega sobre sí mismo y
no desdeña tampoco afrontar la realidad social y política americana.
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